Reto ante las transacciones en efectivo

La idea de que las transacciones en efctivo no se declaran ha calado en la mentalidad de los dueños de pequeños negocios, hasta el punto que lo defienden como una verdad absoluta.

El uso de efectivo y las transacciones que se realizan de esta forma son, por mucho, el mayor reto que enfrenta la Administración Tributaria. Controlar y fiscalizar este tipo de transacciones, que son de difícil rastreo, se basa, mas que todo, en la buena voluntad de las personas en declarar los ingresos que reciben por esta vía, especialmente en un país donde se ha vuelto una práctica generalizada pensar que las transacciones en efectivo no se deben declarar. Esta idea ha calado en la mentalidad de los dueños de pequeños negocios, hasta el punto que lo defienden como una verdad absoluta.

En cierto que con la ley de Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento al Terrorismo (Ley 155-17), existe un mayor control, ya que las transacciones en efectivo de cierto volumen, deben ser reportadas por los sujetos obligados, sin embargo, existe un mercado de menor escala, el mercado informal, que no presenta declaraciones juradas, y que representa aproximadamente el 57% de nuestra economía. Ese, precisamente ese, el lugar donde debería estar el foco.

Atraer a ese sector informal y que tributen, es un problema con muchas aristas. La gente no entiende que debe pagar impuestos, tampoco entiende porque deben hacerlo y peor aún, se quejan del uso de esos fondos porque, lo que más salta a la vista es el mal uso y administración que se da a ese dinero.  Las cosas que el gobierno si hace con nuestros impuestos en favor de la población pasan desapercibidas en muchas de las ocasiones. Le gente no ve el subsidio o la exención contributiva. No se nota las exenciones del ITBIS en la canasta básica, solo por mencionar algunos ejemplos.

En este año se publicó un borrador del reglamento para el Régimen Simplificado de Tributación (RST), que venía a ser la respuesta para atraer a las MiPymes para que se formalicen, pero resulta que este borrador, que vino a sustituir el Procedimiento Simplificado de Tributación (PST), resultó menos simple que el propio PST. Aun esperamos el nuevo borrador o reglamento modificado según los comentarios y sugerencias remitidas por varios gremios.

Ojalá, podamos tener pronto un sistema tributario simple, atractivo, justo, equitativo, ciudadanos instruidos en el tema de los impuestos y funcionarios públicos dispuestos a usar nuestro dinero con más y mejor criterio.

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